Aunque te parezca que tu almohada está igual que el día que la compraste, es bastante probable que necesites cambiarla sin saberlo. Pero, ¿cómo sabes si es hora de comprar una nueva almohada?
Señales de que necesitas una nueva almohada
Si te estás preguntando cada cuánto tiempo cambiar las almohadas, una buena norma general es cambiarlas cada dos años. Sabrás si tu almohada necesita una renovación teniendo en cuenta estos tres factores:
- Firmeza: Tu almohada ha perdido su función de apoyo y parece más blanda que esponjosa.
- Aspecto: Tu almohada ha desarrollado manchas y/o pérdida de color que no se va con el lavado habitual.
- Desgaste: Hay pequeños agujeros en la tela, costuras raídas o simplemente está gastada de cualquier otra forma.

Si tu almohada está manchada o descolorida, su relleno se ha apelmazado o la tela de la funda tiene agujeros, es hora de comprar una almohada nueva.
La llenura de la almohada es el aspecto más importante a tener en cuenta. Una almohada que haya perdido su función de apoyo puede llevar a dolor en el cuello y en la espalda y puede incluso provocar dolor de cabeza. Las almohadas van perdiendo su firmeza gradualmente. No es algo de lo que vayas a darte cuenta de un día para otro. La dificultad se encuentra en el hecho de que puede que te estés acostumbrando a la sensación de una almohada gastada que ya no proporciona el apoyo que necesitas.
Para estar seguros, deberías plantearte sustituir tu almohada tras usarla durante dos años, incluso si no puedes notar ninguna gran diferencia de forma inmediata.
La vida útil limitada de las almohadas
Tu almohada sufre más desgaste por uso que otras zonas de tu cama.
Ejemplos de factores que desgastan tu almohada:
- La presión de la cabeza y la parte superior del cuerpo comprimen la almohada.
- El maquillaje, la crema facial y los productos capilares afectan a tu almohada.
- Tumbarte en la almohada con el pelo húmedo.
- Sudar en la almohada, que se absorbe en el material de la misma.
¿Qué factores afectan en la durabilidad de tu almohada?
Al margen de qué tipo de almohada tengas intención de comprar, de todas las que existen, deberías esperar que te dure como máximo dos años. Los modelos de menor precio puede que requieran cambiarse por almohadas nuevas con más frecuencia que los modelos caros.
Vayamos a ver con más detalle qué significan las propiedades únicas de tu almohada en cuanto a su durabilidad:
- Altura: Si necesitas una almohada alta con mucho relleno y apoyo, deberías prestar más atención a su calidad. La diferencia de calidad puede tener un gran impacto en la durabilidad de la almohada. Cuando compras una almohada alta con un precio bajo, la almohada está rellena de materiales de menor calidad. La resiliencia y la durabilidad de las fibras de menor precio normalmente se encuentra al nivel más bajo.
- Relleno: No hay un solo tipo de relleno que sea más duradero que otros tipos. La durabilidad no es una cuestión del tipo de relleno, sino más bien de la calidad de ese relleno. Cuando compras una almohada de mayor calidad, estará rellena de materiales que pueden mantener la resiliencia y apoyar durante más tiempo que los modelos de menor precio.
- Calidad: Una de las ventajas de pagar más por una almohada de mayor calidad es la durabilidad de los materiales. Cuanto mayor sea la calidad de la almohada, mejor serán su relleno y su tejido. El precio es un indicador de la durabilidad.
¿Cómo puedes alargar la vida útil de tu almohada?
Afortunadamente, hay varias recomendaciones que puedes seguir para mejorar y mantener la esponjosidad y la frescura de tu almohada a lo largo de su vida útil:
- Ventilar tu almohada: Tu almohada aportará más frescura si se ventila al aire libre. Asegúrate de priorizarlo de vez en cuando, e idealmente todos los días.
- Sacude tu almohada cada día: Si sacudes de forma adecuada tu almohada todos los días, el relleno y la resiliencia de tu almohada se verán reforzados. Sin embargo, ten en cuenta que nunca deberías aspirar o golpear tu almohada, dado que eso puede dañar el relleno.
- Meterla en la secadora: Si metes tu almohada en la secadora durante unas cuantas horas -idealmente con un par de pelotas de secadora- el relleno será sacudido y la almohada volverá a ganar su llenura original. Como siempre, asegúrate de seguir las instrucciones de la etiqueta de lavado.
- Cuidado con tu colcha: Muchas personas colocan una colcha encima de su relleno nórdico y de su almohada en cuanto salen de la cama. Tras una noche entera, tu almohada probablemente contenga algo de humedad por la mañana. Por eso, lo ideal es dejar la almohada descubierta para que se seque a lo largo del día. Si la humedad no puede evaporarse, tu almohada puede quedar empapada y fría la siguiente vez que vayas a usarla. En el peor de los casos, tu almohada incluso podría desarrollar moho, lo cual se debería evitar.
- Lavar la almohada: Acuérdate de seguir siempre las instrucciones de lavado en la etiqueta de la almohada. El plumón y las plumas se apelmazan con el tiempo, pero cuando lavas tu almohada y la secas de forma adecuada, el plumón y las plumas se van a esparcir y redistribuir.
Cuando laves tu almohada, es importante asegurarte de que está completamente seca antes de utilizarla de nuevo. Valorar si tu almohada está del todo seca o no puede ser difícil a veces, así que aquí tienes un consejo útil: pesa tu almohada antes de lavarla y anota su peso. Tras lavarla y secarla, vuelve a pesarla de nuevo y compara el peso con el anotado. Si pesa más, significa que aún contiene humedad, y por tanto va a necesitar más tiempo para secarse del todo.
Nuestro surtido incluye almohadas con relleno natural, con relleno de fibra y almohadas especiales, de modo que, busques la almohada que busques, vas a encontrar una que se adapte a tus necesidades y deseos de una forma impecable. Si tienes interés en saber más sobre cómo elegir correctamente tu nueva almohada, te invitamos a echar un vistazo a nuestra guía de almohadas.